Poco a poco los usuarios comienzan a conocer de cerca las virtudes y desventajas que presentan las principales aplicaciones de mensajería del momento. Y es que tras los fuertes inicios de Telegram se empieza a comprender la importancia de la privacidad y la seguridad a la hora de comunicarse, pero también la necesidad de contar con alguien al otro lado para intercambiar mensajes. Y es que la lucha entre Telegram y WhatsApp no es algo absoluto o sencillo de resumir y generalizar. Por eso, desde tuexpertoAPPS te presentamos las cinco grandes claves que diferencian a estos dos servicios de mensajería.
Precio
Sin duda el precio es la nota determinante entre estas dos aplicaciones. Y es que WhatsApp ha sido duramente criticada por requerir un euro al año para poder utilizar su servicio. Un precio irrisorio pero que supone el trámite del pago con tarjeta de crédito y la angustia de saber que tiene fecha de caducidad. Todo ello sumado a la rivalidad entre algunos usuarios que durante mucho tiempo y por causas aleatorias han conseguido utilizar el servicio completamente gratis o tienen una cuenta gratis de por vida, mientras que otros deben pagar religiosamente cada doce meses. Algo por lo que los usuarios de Telegram no deben preocuparse en ningún momento, sabiendo que este servicio es completamente gratis desde el mismo momento en el que descargan la aplicación. Un punto que ha llamado la atención de muchos usuarios que están dispuestos a plantar cara a la hegemónica WhatsApp con tal de no desembolsar los 89 céntimos anuales.
Privacidad
A pesar de los recientes intentos de WhatsApp por mejorar la privacidad en su servicio, está claro que Telegram ha llegado pisando fuerte en este aspecto. Así, los usuarios de WhatsApp ahora pueden limitar quién ve su foto de perfil, su frase de estado e incluso la hora a la que se conectaron por última vez. Eso sí, siempre que estén activos en la aplicación bajo su nombre aparece el rótulo En línea. Por su parte, los usuarios de Telegram cuentan con una curiosa función llamada Chats Secretos. Con ella es posible intercambiar mensajes que no dejan rastro de su paso por los servidores, que ofrece una protección adicional con una contraseña de usuario a usuario y, lo más importante, la posibilidad de seleccionar un tiempo tras el cual los mensajes y fotografías compartidas a través de dicha conversación se autodestruyen. Todo ello sin informar del remitente de dicha conversación en las notificaciones. Cuestiones que, en general, protegen la intimidad del usuario más allá de lo que ha conseguido WhatsApp por el momento.
Seguridad
Sin duda se trata de otro de los puntos controvertidos en este enfrentamiento. Mientras que cada poco tiempo surgen nuevas noticias acerca de fallos y vulneraciones de WhatsApp, Telegram sigue afirmando que es la herramienta de comunicación más segura. A ello ayuda disponer de su servicio en servidores descentralizados que evitan que toda la información pase por el mismo punto. También que sea una aplicación construida desde sus cimientos pensando en la total seguridad de la información que se transmite. Tanto es así que sus responsables están dispuestos a pagar hasta 200.000 dólares a aquel que descubra una vulnerabilidad.
Sin embargo, en el tema de la seguridad es difícil afirmar con total rotundidad que nunca ocurra algo grave. Y es que todas las herramientas son seguras hasta que se demuestra lo contrario. En este caso Telegram aún puede llevar la frente bien alta.
Potencia
Se trata de un aspecto más sutil pero que los usuarios de smartphones más avanzados saben valorar. Y es que, centrándonos en el aspecto de compartir contenidos además de mensajes, WhatsApp apuesta por la simplicidad y Telegram busca la satisfacción de otras necesidades. De esta forma la primera permite el envío de fotos, vídeos, audios y ubicaciones (además de tarjetas de visita). Cuestiones que se comprimen y pierden calidad con el fin de enviarse de forma rápida y efectiva sin agotar los datos de Internet ni saturar la memoria del terminal del receptor. Sin embargo Telegram da una vuelta de tuerca a este concepto y ofrece la posibilidad de compartir casi cualquier tipo de archivo (aplicaciones incluidas) y con un límite máximo que alcanza el GB de capacidad. Esto supone la posibilidad de enviar cualquier documento o contenido y sin perder calidad, pero teniendo en cuenta que puede arruinar tanto la memoria como la tarifa de datos del interlocutor.
Usuarios
Pero si hay un punto clave en este enfrentamiento que diferencia a ambas herramientas es el de los usuarios. Más concretamente el número de éstos. Así WhatsApp sigue siendo la herramienta hegemónica, la que más personas están registradas y la usan de forma diaria. Tanto es así que sus cifras superan los 460 millones de usuarios. Esto supone tener la certeza de encontrar a familiares, amigos y demás contactos a través de la aplicación. Algo que no puede afirmar Telegram, que aún se encuentra en una fase de adopción temprana. A pesar de todas las diferencias y de las sobresalientes características de esta nueva aplicación de mensajería, de poco sirven si no se encuentra a esa persona con la que entablar conversación.
Por todo ello, es posible afirmar que Telegram está haciendo sus pinitos para convertirse en una digna candidata a luchar contra WhatsApp. Y es que su potencia y características de privacidad y seguridad han llegado en el momento idóneo para lograr llamar la atención de todos. Sin embargo los primeros usuarios que la han adoptado se han encontrado con un servicio casi desierto, en el que apenas un tercio de su agenda de contactos está presente. Algo que no ocurre en WhatsApp, donde a pesar de sentirse más vulnerables o de compartir fotos y vídeos que pierden calidad, es posible contactar con todas aquellas personas importantes. Y es que por ser la primera o la más sencilla ha conseguido un trono que parece que no abandonará fácilmente.
Existen otros puntos importantes y muy interesantes que se han quedado en el tintero. Uno de ellos es que Telegram es un servicio de código libre, lo que significa que cualquier desarrollador puede mejorarlo o adaptarlo para crear su propia aplicación en cualquiera de las plataformas actuales, incluso tabletas. O el reciente respaldo recibido por WhatsApp tras su compra por parte de Facebook, que ha logrado relanzarla en Estados Unidos a pesar de aterrorizar a los usuarios más celosos de su intimidad. Puntos que pueden hacer a un usuario decantarse por una o por otra, o incluso por ambas. Y es que en ninguno de los casos la otra aplicación es excluyente, pudiendo contactar con unos usuarios por WhatsApp y utilizar los chats secretos de Telegram con otros.
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