Una habitación oscura en un edificio de la universidad de Hong Kong alberga un inusual portal al mundo antiguo.
Con solo tocar una iPad mini, el espacio se transforma digitalmente en una gruta budista de 1.500 años de antigüedad. Sus muros están decorados con pinturas exquisitas aunque desteñidas de seres iluminados, bailarines y músicos. Otro toque y la cueva cobra vida a través de un par de lentes para tercera dimensión.
Los coloridos pigmentos muestran la apariencia que la cueva tenía cuando fue recién pintada. La animación y la ampliación revelan hasta el más mínimo detalle.
“Podemos encender las luces, podemos volar hasta el techo”, dice el artista y académico Jeffrey Shaw, mientras controla el ambiente virtual.
Shaw, de origen australiano, es uno de los líderes del equipo de la Escuela de Medios Creativos de la universidad, pionera en tecnología digital de inmersión con la cual ha logrado innovar en el ámbito del cine, los videojuegos y la realidad virtual.
Creen que las técnicas desarrolladas ayudarán a preservar los sitios más importantes de Asia antes de que se dañen irremediablemente debido a la gran afluencia turística que reciben cada día.
“La principal preocupación es mantener la integridad de esas cavernas para la posteridad”, dice Shaw.
El equipo ha trabajado en proyectos similares en Angkor Wat, Camboya y Hampi, en la India, pero dicen que este es el más ambicioso de todos.
La cueva es parte de un complejo mayor localizado a miles de kilómetros al norte de Hong Kong, en la ciudad china de Dunhuang, que alguna vez fue un oasis en la Ruta de la Seda y ahora es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Durante casi dos mil años, las Grutas Mogao, como se conoce a las cuevas, sirvieron de refugio para las hordas bárbaras, sobrevivieron a los terremotos y el avance de las dunas del desierto del Gobi.
Actualmente, las cuevas y sus frescos se enfrentan a una amenaza diferente y probablemente más poderosa: el creciente número de turistas que las visitan.
Cerca de 680.000 turistas las visitaron en 2011 y el año pasado las visitaron al menos 100.000 turistas más. Sin embargo, el importante incremento durante la última década ha aumentado el índice de humedad y de dióxido de carbono en las cuevas, mermando los esfuerzos de conservación.
La cueva restaurada por el equipo de la Universidad de Hong Kong fue cerrada al turismo y solo 70 de las 492 cavernas decoradas están abiertas al público.
El aumento de los visitantes en Dunhuang es común a otros lugares representativos en China y Asia, ya que la nueva y próspera clase media empieza a viajar en grupos más numerosos.
Wang Xudong, vicedirector de la Academia Dunhuang, responsable de cuidar las cuevas, dice que la capacidad óptima de las Grutas Mogao es de 3.000 personas por día.
Sin embargo, durante el receso más largo en China, el 2 de octubre, más de 18.000 turistas visitaron el sitio.
Se planea limitar el número de visitantes a través de un sistema de reservaciones en línea; sin embargo, Wang dice que el uso de herramientas digitales para tomar fotos de las cuevas es una prioridad antes de que haya un deterioro mayor.
Un equipo de 50 personas documenta los vestigios a través de un escaneo extensivo con fotografía de alta resolución y láser.
El proceso tarda tres meses por cada cueva y se cree que la escala del proyecto es inigualable en comparación con los esfuerzos que se llevan a cabo en otros lugares similares.
Para finales de 2013 habrá un nuevo centro de visitantes que contendrá una sala de proyecciones y una reproducción en 3D de las cuevas originales.
“Esto ayudará a regular la cantidad de turistas y a reducir el tiempo de los recorridos por las cuevas”, dice Wang. “Manejaremos mejor la presión que trae consigo el turismo sobre la conservación del lugar”.
La Academia Dunhuang colaboró muy de cerca con la universidad en el diseño de la recreación de la cueva, llamada Pure Land: Inside the Mogao Grottoes at Dunhuang.
La instalación se mostró fuera de China por primera vez en diciembre, cuando se exhibió en el Smithsonian, en Washington.
Después de algunos ajustes, la tecnología también se desplegará en Dunhuang y permitirá a los visitantes interactuar con las cuevas en una forma completamente diferente.
“Podrías decir que la experiencia sustituye la visita a las cuevas, pero no solo se trata de imitar”, dice Shaw. “Una vez que tienes la representación digital de la cueva puedes hacer cosas únicas que no podrían ser posibles en la cueva real”.
Una lupa te permite explorar el ambiente virtual a escala real, en el que se representan siete figuras conocidas como los Budas de la medicina y otras imágenes tradicionales.
Los desteñidos incensarios, laúdes y arpas se dibujaron a mano con pinceles tradicionales antes de que se escanearan y modelaran en 3D.
Los expertos en danza tradicional de la Academia de Danza de Beijing fueron filmados en un estudio con fondos azules para dar vida a los antiguos personajes que aparecen en la pintura.
El efecto es de una belleza impresionante y sencilla, pero, ¿estarán satisfechos los visitantes en Dunhuang con la maravillosa recreación en vez de admirar a la cueva real?
Shaw dice que probablemente tendrán que hacerlo. La iniciativa de cerrar las cuevas para garantizar su preservación ha sido aceptada a pesar del acalorado debate que surgió sobre el tema de los sitios que deberían cerrarse al público.
El caso más famoso es el de las Cuevas de Lascaux, en Francia, en las que existen pinturas de animales prehistóricos de 17.000 años de antigüedad y que se cerraron al público en general en 2008, luego de que las cuevas fueran invadidas por los hongos y el moho.
Actualmente no se planea hacer algo parecido en Dunhuang, pero Shaw y su equipo creen que la tecnología digital puede ser la mejor solución para su conservación y la de otros parecidos.
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